[Privado - Ansem] Nice to meet you Mr Nemo

Aquella tarde, como tantas otras, había salido del agua para tener una pequeña reunión con el Director del colegio, meras formalidades que tenían que ver con los contenidos a impartir en sus asignaturas. En aquellas pláticas siempre se sentía muy acogido y valorado. Aunque ese día en particular, casi al terminar su reunión en el despacho, el director fue visitado por algunos magos amigos suyos, quienes le vieron con algo de recelo y distancia. Algunos por primera vez hacían contacto con uno de su especie. En realidad, era la primera vez que veían a un pez fuera del agua, ¡y con piernas! Peor fue la reacción cuando les contó que impartía clases en el colegio.


“¡Un tritón dando clase! Que cosa tan irresponsable, despídanlo antes que se coma a algún estudiante”.

No podía creerse que aún quedarán magos tan ignorantes.
Algo cabizbajo abandonó las instalaciones con la una idea de regresar cuanto antes al lago, pero decidió quedarse en la orilla, a un lado de la roca donde siempre se sentaba e impartía sus clases. Allí, sólo, dejó que los minutos pasaran y que su molestia se esfumara, hasta que su atención fue arrebatada por el sonido de algo salpicando sobre el agua.
Un joven estudiante se encontraba de pie a la orilla, arrojaba piedras al lago de modo que dieran bote sobre la superficie. Se le quedó mirando antes de poder añadir algo.

- Nunca he comprendido, el ocio de los humanos por arrojar piedras al lago, un día le sacarán un ojo a una sirena curiosa –agregó con una pequeña sonrisa, casi invisible.

Tranquilo, con la serenidad con que se le caracterizaba, observó al muchacho acercarse a él y preguntarle en un tono curioso sobre aquel tema que él tanto conocía. Sonrió mientras llevaba su mirada al Lago, pensando en si todos los alumnos de Hogwarts, realmente desconocían la existencia de criaturas en el lago. Hubo un tiempo en que dicha información estuvo escondida y protegida, nadie debía saber que aquellas aguas eran la guarida de sirenas, tritones y otras especies, pero luego de aprobar la ley de los seres y su parcial convivencia con los humanos, entonces aquella información pudo estar al alcance de cualquier curioso que quisiera saber que escondían esas aguas.

- Claro que hay sirenas en el Lago –dijo con una sonrisa pacífica- Las aguas oscuras son el hogar de muchas criaturas –asintió desviando su mirada hasta el menor, el que parecía realmente interesado con aquel poco común tema.- Lo son –asintió-, pero solo si las molestas o importunas, igual que si les haces daño o las ofendes, se defenderán como cualquier persona normal si se sienten atacadas.

Sonrió cuando escuchó aquel pensamiento en voz alta de parte del menor, conocía bien el cuento de Ariel y seguramente se refería a ella, le hizo un poco de gracia el modo tan infantil en que comparaba lo real y lo ficticio, casi tierno, aunque el grito que propinó luego le hizo alzar las cejas luego, junto a una leve risita.- Claro que son fuertes, son seres poderosos –explicó- Pero no matarás a ninguna con lanzar una piedra al lago –sonrió al notar el reciente temor aflorar del menor. Las Sirenas no iban a salir a cazarle por haberles tirado una piedra, él no sería el primer ni el último niño en hacer eso a la orilla del lago, siempre había pasado y hasta el momento nadie salió lastimado. A pesar de eso, dejó que le tomara cierto respeto al agua, después de todo, con sirenas no se debía jugar.

- Claro, conozco a varias –dijo sin perder su sonrisa. En realidad Ansem conocía a cada criatura dentro del Lago.- Pues sí, es verdad que cantan muy bien, toda sirena nace dotada de una melodiosa voz capaz de embrujar a cualquiera, aunque su canto, solo se puede oír bajo el agua –ladeó el rostro para verle- Me gustaría decir que sí, que son muy inteligente, pero no lo son tanto, solo hay excepciones, como en el mundo de los humanos –negó despacio- No conocen mucho del mundo de afuera, solo oyen del él por las historias que a veces les cuentan los navegantes –asintió luego- Exacto, hay un Tritón que gobierna la comunidad de sirenas en el Lago, uno de los seres más poderosos, solo se ve en ciertas ocasiones cuando se necesitan entablar acuerdos.

Llevó su mirada al Lago y luego la regresó al menor.- Parece interesarte mucho esto de las criaturas, aun así, no te he visto en mi clase. ¿Pretendes tomarla alguna vez?