Leo Lee [Celador]

Edad: 30 años.
Nacionalidad: Inglesa | Coreana.
Mascota: Sra Norris Junior.
Sangre: Pura.
Cumpleaños: 16|01|1983
Gustos & aficiones: Pasear por las mazmorras en las noches.
Disgustos: Estudiantes fuera de sus camas a deshoras.
Tendencia sexual: Desconocida.

De unos 180 cm de altura y un cuerpo desgarbado y delgado, tenemos a Leo. Claro sobrino de su tío, aún comparte ligeros rasgos con él pese a ser mitad coreano, como por ejemplo la delgadez y profundidad de sus pómulos, marcados hasta el punto de dar la sensación de extrema delgadez, más es solo el curtido de un rostro fuerte. Sus ojos son fuertes y hasta cierto punto, severos. De labios finos y poco marcados, disfruta de morderlos hasta el punto de casi destrozarlos. Su aspecto suele dar la sensación de alguien serio. Gusta de vestir ropa oscura y desordenada, no demasiado preocupado por la 'moda' de los jóvenes. Pese a esto, le agrada delinear el contorno de sus ojos con lápiz negro, sin bien saber exactamente por qué. Su cabello gusta de caer desordenado y libre por su rostro, normalmente con algún rizo producido por la humedad del castillo.

Pese a lo que su aspecto pueda decir, Leo es prácticamente fachada, por decirlo de algún modo. Su forma de vestir y su forma de ser solo van de la mano en la fuerza que desprenden, pues si te paras a conocer al 'temido' Celador, encontrarás a un chico de carácter afable, infantil en ocasiones e incluso algo loco. Mas, con el paso de los años, ha aprendido que su figura autoritaria es la única que queda marcada en sus alumnos, por lo que su carácter ha ido volviéndose algo huraño y oscuro, aunque en realidad se trate de una timidez más exteriorizada. Sabe que los rumores alimentados por el carácter de su tío y anterior Celador, son fuertes, y que su presencia debe ser igual de fuerte que la de él por el bien de los alumnos.

Igualmente, todo aquello no quita su gusto por encerrarse en las mazmorras para disfrutar de la hora del té junto a su gata, hija de la de su tío. Secretamente, ese animal es el único que conoce el verdadero carácter del actual Celador.

Poco se ha sabido siempre de la vida privada del Celador de Hogwarts. Argus Filch siempre fue un misterio bien resguardado, temido y repudiado por la mayoría de los alumnos de la escuela, mas es hora de que se sepa la verdad sobre este sádico guarda. Nacido en una familia de sangre pura, Argus tenía un hermano menor, mucho más joven que él mismo, hijo de su padre y una mujer jamás conocida. Pese a lo que muchos pudieran suponer, el aún relativamente joven Filch, trató a ese pequeño con todo el amor fraternal del que se vio capaz. Ambos hermanastros se hicieron inseparables, pues solo se tenían el uno al otro. Cuando Argus alcanzó la edad de 40 años, su pequeño hermano aún seguía en sus 20. Curioso como era, el joven Logan, se decidió por seguir un camino propio y solitario. Argus se sintió desconsolado y hasta cierto punto traicionado, pues de un momento a otro se vio solo por la curiosidad sana de un veintiañero. Con el paso de los años alcanzó el puesto de Celador en la escuela de Hogwarts. Gracias a este puesto comenzó la leyenda de ese hombre sádico y solitario que vigilaba el castillo por las noches. Encasillado y viejo para llevar la contraria a cualquiera que osase posicionarle como un loco solitario, prefirió encerrarse en las mazmorras antes de mover un dedo por la defensa de su persona.

Años pasaron y la leyenda solo se hizo más grande, al igual que su sensación de soledad. Se encontraba ya viejo y cansado, necesitado de una ayuda, más temeroso de pedirla. Un verano en la escuela, durante las vacaciones de los alumnos, Argus recibió una carta de Corea que le comunicaba sobre la defunción de dos personas. Sin poder creerlo dejó caer la carta al suelo, observando como su gata jugaba con ella hasta romperla en pedazos. Sí, su querido y pequeño hermano había muerto con la que era su esposa, dejando a un niño de ni siquiera un año huérfano. Argus sabía que jamás sería capaz de ser un buen padre, pero el amor que sentía por Logan era demasiado grande como para dejar a su hijo solo. Ese verano viajó hasta Corea para recoger al pequeño. Al parecer la madre era una hechicera de una de las escuelas de magia coreanas, pero su familia no quería al pequeño porque el matrimonio jamás se vio aceptado por sus padres.

Cargado con lo puesto, trajo al bebé Leo Filch Lee a Hogwarts. Con la ayuda de algunos profesores, crió al pequeño durante toda la vida que le quedó. Leo, algo revoltoso pero agradable, aprendía algo de magia por los libros que encontraba en las rondas que compartía con su tío, mas nunca asistió oficialmente a ninguna clase. No fue hasta la edad de 29 años, cuando su tío falleció de anciano, que el joven mitad asiático tomó las llaves de la escuela para comenzar con las rondas, como le había enseñado su maestro y hermano de su padre.